Dicen que uno valora lo que pierde y no lo que tiene... y hoy es martes, si damos quizás unos cuantos pasos atrás y cuando digo unos pasos son muchos pasos atrás, tantos que puedo contar los meses como si fueran segundos que pasan a mi costado, pero que pude haber perdido yo... que al final me di cuenta era de valor para mí.
Mi novela, mi vida, la única vía que halle para comunicarme sin tener que usar palabras.
Llevaba mas de un año escribiendo mi novela juvenil, bueno, para esa fecha ni tenia idea de lo que era una novela juvenil, pero leyendo algunas novelas de otro autor que no citare supe que era una novela juvenil y recién en ese instante supe que mi novela también lo era.
Acompañaba a mi padre a la oficina, antes de ello cargaba en mi maleta material de estudio y un USB, donde archive mi novela y otros documentos triviales, deje mi maletín en el asiento trasero del auto y salí con mi padre a la oficina, todo normal hasta este punto, salimos de la oficina y emprendimos el viaje pero antes de cruzar tres cuadras nos cerro el pase un grupo de chicos.
Mi padre tomo un fierro que siempre tiene a la mano y uno de estos chicos bordeo el carro y para mi sorpresa rompió el vidrio trasero del auto y salio corriendo con mi maletín.
Dicen que uno valora lo que tiene hasta que lo pierde... recupere mis materiales de estudio y hasta ese momento ni me fije de lo que había perdido, tenia mi móvil en mi casaca por lo que no me preocupe demasiado, pasaron unos días y mi PC se malogro y no pude sacar mi novela, es extraña la sensación que te nace cuando sabes que has perdido algo hace tiempo y la reacción de esta perdida solo viene cuando notas que lo necesitas.
Rogué a mis hermanas por arreglar la PC, todavía no aceptaba la idea del USB, pasaron los meses y no paso nada, faltando uno o dos meses para Navidad llevaron por fin la PC para arreglos y me dieron la noticia de que el disco duro no leía y seria casi imposible extraerle la información, mi novela... mi USB robado... mi sueño... un desecho.
Me hubiera resignado pero no pude y envié a mi hermana junto aun amigo para que dieran solución a mi problema, perdí mi tiempo y dinero, hasta que alguien me aconsejo olvidarlo y seguir escribiendo. Creen que pude, era mi novela... mi vida... ¡Era yo!
Así que decidí que pasara lo que pasara iba a recuperarla, lo envié a una empresa que arregla disco duro y lo recupere... me costo, es cierto, el precio no fue nada cómodo, pero obtenía la satisfacción de tener en mi poder mi vida, valore muy poco mi novela y ahora la valoro igual que a mi, y la estoy prosiguiendo, si escribo esto es por que para mi esto es muy importante, aunque para muchos en su respectivo momento no lo era, yo no puedo vivir sin escribir y mi novela es parte de mi existencia, es mi sello personal.