Y ahora que me creen, me siento mejor. Pero no realmente. Porque sé que no me creen. Sólo están haciendo gestos para tranquilizarme. Para hacer que sienta que están a mi lado. Pero no están a mi lado. (...) Es como si no fueran mi padre y mi madre, sino solo unas máscaras, y yo no supiera lo que había detrás de esas máscaras. Sé que no puedo contarles nada más.
El abismo de Neal Shusterman