miércoles, 7 de mayo de 2008

Monologo Empírico

Un texto. Un conjunto de palabras que componen un documento escrito. Un texto.
La unión de varios párrafos entrelazados por una misma columna, que seguidos dan forma a una lectura armoniosa, lectura que embellece nuestra cultura, nuestra ventana independiente para ver el mundo de una forma realista y sub realista.
Escribir un texto no me hace diferente a nadie, por que cualquiera de nosotros puede escribir un texto y no se necesita tener un don extraordinario para hacerlo, y lo que pudiera diferenciarme al resto de todos, es que yo amo escribir... aunque a veces solo escribo escoria, cachivaches para pasar la hora.
No me imaginaba y hasta ahora me cuesta mucho seguir haciéndolo, escribir era antes para mí una alternativa de vida, mi madre siempre me dijo que solo lo tomara como un ‘hobby’, un pasatiempo sano, mientras hallaba mi vocación.
Seguí sus consejos, por que hasta ahora me funcionan, hace tiempo intente hacerlo a mi manera y solo me estrelle contra un muro duro y frío, quede atontada, insegura de lo que podría seguir haciendo, dude mucho en que la escritura fuera mi estrella o don, pero como ya escribí, la escritura no es un don.
Es el arte de graficar palabras, una vía de comunicación antes de que inventaran el teléfono, el Internet y que hasta ahora ha probado ser irreemplazable.
Me interne bajo la idea de seguir otra profesión, una profesión lucrativa, me incline sanamente para ser fotógrafa, gastrónoma, traductora y hasta artista plástica, pero no podía solventar ninguna y para colmo todas eran ‘hobby’ para mi madre.
Decidí en junta con mis padres estudiar diseño arquitectónico, solo estudie hasta el segundo ciclo, aun puedo ver a mi madre criticándome por abandonar, pero no quiero hablar de ella, soy yo y el texto. El texto y yo.
El suicidio fue mi otra opción de vida, se siente a broma, cuando lo escribo después de sobrevivir a uno, me causa risa e imagino todas las cosas que obvie cuando deliraba... era yo padeciendo y apestando a por Dios, que asco.
Termine escribiendo una novela que de inmediato envié aun concurso de novelas, esta demás decir que no gane ni la sombra, he intentado re-escribirlo pero no puedo, y eso me hace sentir como una minusválida, escribir para mi es respirar.
Ahora. Oh... sorpresa, me encuentro escribiendo relatos.
Un relato. Es una forma de narración cuya extensión en números de páginas es menor a la que podría ser considerada apropiada para una novela. Un relato.
Esto fácilmente podrías hallarlo en un diccionario cualquiera y todos te dirán lo mismo, y es, por que lo saque de ellos; el mejor amigo para mantener nuestro mejor patrimonio es el diccionario, es uno de mis mejores amigos y es una tortura no poder desposarlo. Esto fue una broma aunque no suena a broma. ¿verdad?
Y por lo mismo que me disgusta saber que en el país que vivo, por encuesta, es uno de los países que menos lee, algo que al estado le rasca las axilas, nadie lucha por fomentar la cultura lectora... solo pequeñas organizaciones benéficas.
Pero sobre todo y cualquier aspecto de mi vida, he dedicado a las letras lo mejor de mí, mi alma y mi corazón en cada letra línea párrafo texto y relato. No iré ha escribir sobre como me hallo hoy actualmente, por que tendría que estudiarme, para cuando llegue fin de año y hacer una cuenta regresiva de todos mis actos.
Soy fanática declarada de J.K. Rowling. Por que después de ser amante de las letras no me gustaba leer, y no es broma, comencé a interesarme en la lectura cuando estaba terminando la secundaria a fin de año, hacíamos poco y teníamos bastante tiempo libre, era y sigo siendo introvertida, por lo que tiempo libre para mí era una eterna agonía.
Entre en la biblioteca del colegio para leer, leí cuentos y fábulas, cosas pequeñas para digerir bien, cuando halle un libro de pasta amarilla, me enrosque y hasta ahora sigo enroscada con la lectura, mi primer libro fetiche: Harry Potter y la piedra filosofal, antes de que sacaran la película.
Puede que esto sea un texto no tan bien escrito, pero antes de poder culminarlo, quisiera que todos los que lean estos párrafos y se digan, maldición cuando va acabar... la escritura y la lectura, son los mejores testigos de la evolución humana, el primer ladrillo sobre el habla, un cimiento que ha ido forjando el hombre.
La mejor herencia que nuestros padres nos pueden dejar, mas que artículos y dinero, nuestra cultura... nuestra identidad, lo que nos hace diferentes en la escala de supervivencia. Hoy y siempre, hola y adiós.
17 de Abril del 2008.