sábado, 29 de agosto de 2015

Carta a la superación

Hoy desperté sin ganas de vivir, condenada a una agonía quebrada que me lleva a meditar cada segundo, cada micro segundo de este terrible tiempo, de las antenas dobladas en los tejados, de un picaporte que no he observado, en especial de ti.
Creo que me estoy acostumbrando a la vida monótona que se perfila y ajusta a mi piel, las carencias ya no me abruman y los deseos ya no me seducen, acabo el día e inicio la noche, a veces soy susceptible a voltear, a grabar escenas que olvidaré la mañana que viene.
Esta no parece una carta de superación, me dije que escribiría una, pero mis palabras no se prestan a escribir una, así que opte a la mejor opción, escribirle una carta a la superación y decirle, me superé, acabo de elegir el suicidio en cámara lenta; vivir, cuando no deseo vivir.

viernes, 21 de agosto de 2015

La dedicatoria

¿Quién escribió el libro dónde aparece tu nombre?
No puedo negar que quizás lo hice adrede y, que pueda volver a repetirlo otra vez.
Cómo se supone que gano así.
Y el nombre se quedó... fue una grabación estúpida de mi memoria.
El libro me es indiferente, lo odié apenas leí el nombre.
Solía pensar que la dedicatoria debía tener un destinatario en específico.
No me agrado el título, el autor debe de ser un estúpido... y la dedicatoria también lo es.
Cuándo un libro se hace por su dedicatoria, será mi nombre.
No lo es.
Las acciones son interesantes en las líneas primeras de la vida.
Te odio. Odio ese bendito libro, Odio a su tonto autor. Odio su dedicatoria.
Fuera del título no hay nada más... los personajes.
¿Hay personajes?
El editor me pregunto lo mismo y no supe que decir.
Mala trama, mala novela.
Mal la persona que escribió mi nombre en la dedicatoria, es una persona cruel.
Denúnciela.
Habrá tiempo. Solo sus líneas en la dedicatoria me dolieron.
¿Leíste la novela?
Solo tenía un par de hojas... aburridas, solo repetía una cosa.
Tu nombre, solo escribí tu nombre. Y ahora todos los lectores me odian, los críticos me odian, el editor me odia, y tú me odias aún así.
¿Quién escribió el libro dónde aparece mi nombre?
Yo, el estúpido fui yo.