Abre puerta a la noche,
mira el disturbio en sus ojos,
complicada línea
complicados colores
de una narcosis finita.
De cuerpos abrazados,
traspasados en sus vientres,
insignificada morada
insignificados tormentos
que se consumen.
Guarda recuerdo mustio,
duelo de las hojas rosáceas,
acostumbrada clausura
acostumbrados momentos
de caricias taciturnas.
Ven, encuentro vago,
complicadas acciones funestas
insignificadas tradiciones
acostumbradas a inmolar,
el cuerpo frío, la puerta.
miércoles, 24 de junio de 2015
viernes, 12 de junio de 2015
Para Owen
Mi amigo
Si solo hubieras dado la vuelta, si solo lo hubieras intentado... estaría dejando de buscar en los muros de la pizarra la verdad, la palabra o el pequeño acto con que te golpeé. Pero no puedo nadar sobre una superficie vacía, como tu corazón. Sabes, quise ser la persona más buena que había sobre la tierra y, quería que me vieras como siempre yo te vi, mi amigo... mi gran amigo.
Pero no estoy domesticada, no sé como se hace... hubiera querido hacerlo bien, me destruye cuando me pierdes como si fuera parte de esta fría construcción, me vuelvo nada... te dije una vez que odio ser nada, aun así me hiciste sentir como si fuera nada. He golpeado mi cabeza contra mi pecho, pero el suplicio lo llevo dentro, he abierto una herida que nunca va a cerrar, te lo juro, no cerrará.
Tengo los pies sobre una tierra helada, tengo la vista sobre sombras que llamamos los otros, ya no veo la forma de la sonrisa, y cuando me hablan de amor, no te miento... no siento nada. Ayer te vi en el cuerpo de otro, sentí tanto miedo que quise desaparecer, quise correr al vientre de mi madre... pero no puedo volver, era más seguro allí, yo era más humano... yo era más feliz.
Ahora, no lo sé. A veces hace frío afuera, a veces veo parejas abrazarse en las calles... me pregunto que será de mí. No le tengo miedo a la soledad y lo sabes, sabes que una vez te lo iba a decir, comiendo aquella pizza que no comimos, caminando por aquella calle que nunca transitamos y, cambiando aquellas palabras que nunca dijimos; lo sabias, siempre odie estar sola.
La verdad, siempre estuve sola pero nunca me sentí tan vacía como ahora, nunca tuve que ocultar mi cara debajo de las sabanas para que mis padres no me oyeran llorar, nunca tuve que esperar temblando de miedo, en medio de desconocidos, no me agrada los lugares llenos, pero estuve ahí, no me gusta sentirme así, no me gusto... no te miento, sentí mucho miedo de estar ahí.
Fue cuando me di cuenta de lo que en verdad era, era un monstruo tratando de arreglar lo destruido, lo siento, siento que hallas sido solo una imagen modélica de mi malestar. A veces aun lloro, a veces creo verte de nuevo, y se me encoge el corazón cuando sé que no te perdí, porque nunca fuiste mi amigo, me perdí yo... perdí lo que verdaderamente yo era.
Si solo hubiera fingido hasta el final, no estaría tratando de reconciliarme conmigo misma, podría ver el mundo con los ojos de la vida, podría ver un futuro prometedor, pero no puedo... ya nada existe para mí afuera, solo me queda seguir y esperar a que la mano divina escriba mi final, no fuiste tú quien me apuñalo por la espalda, fui yo... siempre supe que sería así.
Cuando creí que podía hacerlo todo, cuando tenía el sueño de que volaba alto siempre termino estrellándome contra el pavimento, nunca fui de las chicas de la que se enamoran, nunca viví realmente una vida maravillosa, solo viví. Terminé siendo una autómata, buscando algo que perdí no me acuerdo cuando, pero que ya no le importa encontrar.
Tuve el presentimiento que pronto encontraría mi verdad, esta aquí... justo debajo de mis pies, pronto lo haré realidad y cuando pueda entonces volver a volar te podré ver, espero volverte a ver, y espero que cuando me veas, me veas verdaderamente. Solo así podré girar a la izquierda y hacer como si nunca te hubiera visto, y volver a sonreír, así solo dure unos segundos.
Y no volver a repetirlo.
Atte.
Charlotte
Suscribirse a:
Entradas (Atom)